Esther es una joven venezolana a la que no tardarán en comparar con Afrodita. Moderna, inquieta y exótica, Esther ha vivido en Nueva York, en Roma, en Milán... y le gusta la libertad por encima de todo. Pero donde hay un dios mitológico hay una guerra fraguándose. “A mí me tienen que querer y aceptar como soy… si me intentan atar es la señal para salir corriendo”, asevera.
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