Con la estrategia de copiar poemas de amor de internet para llegar al corazón de las mujeres, Hristo inicia un ataque certero que deja a Ana embobada. “Las tías con dos poemas que coges de internet y se los lees se quedan atontadas”, decía el búlgaro. “Me has sorprendido mucho con el tema de la poesía, no eres solo un cuerpo bonito, tienes sensibilidad”, aseguraba encantada Ana.
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