Después de otra noche de baile donde Raquel y Ana no dejaron de ‘lanzarse pullas’, Gabriel propuso un juego que desembocó en uno de los momentos más surrealistas de ‘Adán y Eva’. El juego consistía en taparse los ojos y encontrar al Adán. Raquel no dudó en quitarse la venda de los ojos e irse con el venezolano a besarse mientras Ana continuaba buscando. “Soy más mala que el demonio pero siempre con una sonrisa, a mí sus celos me alimentan “, aseguraba la andaluza.
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